Una primera etapa consiste en que este territorio elegido, sea “mapeado” con contenidos recolectados a partir de una tarea de indagación en el ciberespacio u otros medios, la cual contempla diversidad de conocimientos respecto a su propia naturaleza: la fauna que la habita, la flora nativa, el clima, sus paisajes, etc.
Es importante, también, que exista libertad en los medios que se utilicen para ir cartografiando el territorio escogido. Por ejemplo, pueden recolectarse imágenes o pequeños textos, citas, obras de arte que aludan a su zona, etc.
También se pueden utilizar distintos formatos de mapa del territorio: mapas mudos, topográficos, de límites alternativos -como mapas de pueblos originarios-, entre otras.
Luego, para organizar toda la información recopilada respecto del territorio o zona elegida se pueden utilizar distintas leyendas, como asignar colores a los distintos animales que habiten el territorio, pintar dónde podrías ubicarlos, usar distintas líneas que demarquen límites diversos, crear distintos signos para indicar lugares específicos. Las posibilidades son abiertas y sólo limitadas por la imaginación.
En una segunda etapa, una vez se esté conforme con la información contenida en el mapa de creación propia. La idea es transformar toda esa información en un mapa interactivo.
Finalmente, se hará el ejercicio de elegir una zona de interés con el fin de expresar o representar, de manera creativa (cómic/viñeta, dibujo, un fragmento escrito…) cómo me imagino habitando ese lugar elegido.